Nosferatu

Las películas en blanco y negro hoy día son poco aceptadas por el público más joven pero las películas en blanco y negro y mudo son menos aceptadas por el público joven ya que son muy diferente de lo que estamos acostumbrado a ver hoy día, son más lentas, son películas que hay ver muy bien para comprender sus sutilezas y el color y los efectos especiales que hoy tienen las nuevas películas asombran más pero creo que el cine clásico es un cine que hay que experimentar y tenemos que comprender.

 

Este es el caso de este clásico de los 30, Nosferatu es una película que tiene un lenguaje corporal y sutil exquisito. Para entenderla tenemos que comprender que se realizó en 1938 con medio paupérrimos y con una serie de artilugios dignos de piezas de coleccionismo hoy día.

 

Esta historia está basada en la novela de Drácula de Braam Stroker. Es una historia sin que nos transporta a la oscuridad, a la magia, a la superstición de las personas de esa época pero que perduran en el tiempo. La película estuvo a punto de perderse porque fue un plagio a esta obra literaria pero perduró y podemos conservarla hoy día.

 

Nos trasladamos a la Transilvania del año 1838, un lugar tosco, oscuro y con habitantes con cara de pocos amigos. Huttler se dispone a vender una villa al conde Drácula y cuando llega allí se da cuenta que es un vampiro. Las escenas nos da la sensación de esa frialdad, de la sencillez de los actos de las personas, los colores sepias de la película nos muestra una estética diferente, añeja, histórica.

 

Creo que hay que darle una oportunidad para saborearla y comprender este tipo de cine. Os animo porque es sin duda una buena película del expresionismo alemán y nos aportará una nueva visión a nuestras vidas.

 

Trailer